Montañas Rocosas del Oeste de Canadá

En el Oeste de Canadá se puede disfrutar de uno de los espacios naturales más espectaculares
de nuestro planeta. Entre las provincias de Alberta y Columbia Británica, cuyas capitales son
Calgary y Vancouver respectivamente, se encuentran numerosos Parques que conforman este
magno espacio.

A lo largo de un eje noroeste-sureste de unos 600 km de largo, las Montañas Rocosas
Canadienses, son las protagonistas constantes de un monumental panorama salpicado de
bosques, valles, ríos, lagos y sobre todo hielo. Enormes moles rocosas y numerosos glaciares
colgantes que se pueden contemplar a simple vista desde los ejes viarios que atraviesan esta
zona y que permiten, si se quiere, acercarse a ellos en caminatas en ocasiones muy sencillas y
cortas.

El PN de Banff, al sur y el PN de Jasper, al norte, son las estrellas. Son de los parques más
visitados del mundo y los que gozan de más fama, merecida sin duda, por el espectáculo que
supone pasar 5 o 6 días atravesándolos y visitando sus lugares emblemáticos.

Como es lógico en un lugar tan salvaje y conservado, la fauna es también protagonista estelar
del conjunto. Gran variedad de antílopes, lobos, aves y sobre todo los osos, en concreto el Oso
Grizzlie y el Oso Negro, con una población estimada de unos 25.000 ejemplares en toda esta
zona. Uno de los objetivos de los visitantes es ver osos y puedo dar fe de que es relativamente
fácil conseguirlo.

La ciudad de Banff, ya dentro del Parque del mismo nombre y a unos 100 km al norte de
Calgary, será para nosotros el centro neurálgico desde donde iniciar nuestras visitas. Es
operativo instalarse en este bonito y animado lugar durante 2 o 3 días y desde allí hacer
excursiones y recorridos de ida y vuelta.

Los lugares más emblemáticos en los alrededores de Banff, que visitamos, fueron Lago Louise,
Lago Moraine y Cañón de Johnston.

Lago Louise, a 50 km de Banff, es uno de los lugares más famosos del Parque (es el de la
portada de este artículo). Además de la belleza del propio lago de aguas verdosas y la gran
zona boscosa que lo rodea llegando hasta la misma agua, está cerrado al fondo por un
espectacular macizo lleno de montañas nevadas y glaciares colgantes.

Alrededor de esta zona hay numerosas caminatas señalizadas, muy populares y para todos los
niveles. Nosotros hicimos una de las más completas, que nos llevó todo el día y que fue subir a
la Llanura de los Glaciares, que son los que alimentan el lago.

Lago Moraine, muy cerca del Louise, es otro lugar idílico. Completamente rodeado por altas
agujas de color negro que se reflejan en sus aguas

Cañón de Jonhston, se visita este espectacular barranco remontando el río a través de un
camino bien preparado con pasarelas en las partes más complicadas y estrechas. Es un paseo
de unas 3 horas, ida y vuelta, muy agradable y se disfruta de la espectacularidad y de la fuerza
del agua bajando por el cañón y de un par de cascadas de altura considerable.

Después de estos primeros 2-3 días hospedados en Banff, seguiremos haciendo camino hacia
la ciudad de Jasper, unos 300 km más al norte, por la Ruta 93, conocida como Icefields
Parkway (literalmente, “Avenida de los Campos de Hielo”), considerada una de las carreteras
escénicas más impresionantes del mundo.

Es la parte más espectacular de la ruta, con lagos turquesa increíbles, valles de dimensiones
enormes flanqueados por paredes de montañas colosales, rematadas por gigantescas masas
de hielo glaciar que te dejan boquiabierto al contemplar semejante espectáculo de la
naturaleza.

Especial mención y motivo de visita es el Centro Columbia Glaciar Adventure, una
megainstalación situada en la misma carretera y justo delante del Mar de Hielo Columbia, del
monte Athabasca y de sus glaciares.

Dispone de un interesante Centro Interpretativo de la zona y de unas maravillosas terrazas y
miradores desde los que disfrutar de la vista.

Además, ofrece excursiones en unos vehículos especiales que te suben al mismísimo glaciar,
por donde se puede caminar durante un rato, por una zona preparada (plana y sin grietas).

Seguimos nuestro itinerario, ya dentro de la zona que pertenece al PN de Jasper, visitando
puntos de interés identificados a través de esta ruta, como las cascadas de Sunwapta y
Athabasca, aunque lo de menos son los nombres y los lugares concretos que visitamos, pues
todo el recorrido es magnífico y en cualquier sitio se puede parar a disfrutar de vistas preciosas
en este espacio único. Además, hemos pasado un par de noches en alojamientos ubicados al
lado de la misma carretera, instalaciones sencillas y confortables colocadas exactamente en la
naturaleza, en el Parque, como se suele decir, en medio de la nada, aunque en este caso sería
mejor decir “en medio de todo”. Una gozada.

Por fin llegamos a Jasper, el otro núcleo urbano de importancia junto con Banff. Desde allí
haremos las últimas visitas y excursiones que nos quedan en esta zona, donde destaca el Valle
del río Maligne, de unos 25 km, que se remonta por una preciosa carretera que llega hasta el
mismo Lago Maligne, otro precioso lugar lleno de encanto.

Ciertamente son muchísimos los lugares que vale la pena visitar por todo el mundo y que están
precedidos de fama. Es el caso de las Rocosas Canadienses. Tengo que decir que lo que yo
imaginaba para este lugar y las expectativas que tenía, han quedado superadas con creces. Es
un auténtico espectáculo de la naturaleza.