Trasladando una librería… sin camión de mudanzas
Hace unos pocos años la librería Nollegiu, radicada en Poblenou desde 2015, en un precioso local que previamente había sido una boutique “La Juanita” y que recomiendo visitar a los que todavía no la conozcáis, se enriqueció con una hermana pequeña, la Nollegiu del Clot, inaugurada el 15 de diciembre de 2019. Soslayando que se venían al lado de mi casa, la ilusión mayor era que hablamos de un barrio que carecía de librerías “de solera” y de oferta tan amplia como ésta , como tuve ocasión de comprobar en la jornada que quiero explicaros.
Peo no adelantemos acontecimientos. La librería, situada en un espacioso local de la calle Valencia, muy próximo a la plaza de la Oca, ha vivido algo menos de tres años de sobresaltos continuos que los menos informados atribuíamos a la denostada pandemia, pero que, como explicó su “alma mater” Xavi Vidal el día del traslado, se debió a las inundaciones frecuente por el mal estado de las cañerías, circunstancia de la que no fueron advertidos al instalarse. ¿Imagináis los que es un problema de ese tipo cuando trabajas con libros?
Total, que había que buscar una solución que, en un principio, y como se nos advirtió a socios, clientes y simpatizantes, pasaba por el cierre del local y el fin de la aventura “clotense”. En este momento os recomiendo la lectura del capítulo correspondiente de “La playa infinita” de Antonio G. Iturbe, una obra deliciosa sobre la vuelta del autor a su barrio de infancia, la Barceloneta, y la experiencia real del anuncio de cierre de la única librería del barrio cuando la de Paco Camarasa ya había desaparecido. El autor explica el movimiento vecinal surgido del amor a un barrio con un bar en cada esquina frente a una única librería. Pues del Clot podría decirse algo parecido.
Y entonces ¡ocurrió el milagro! En la misma calle Valencia y a 180 metros del local apareció otro, algo más pequeño, pero en condiciones de albergar la misma ingente cantidad de libros. Y entonces se planteó el traslado en forma de una cadena humana que fuera pasando los ejemplares de mano en mano desde un local hasta el otro. Y el 23 de octubre, día de mi aniversario de boda por cierto, acudíamos en representación de LaPua (siempre solidaria) Marta y yo para constituirnos en dos eslabones de la citada cadena.
La librería había solicitado que los voluntarios se inscribieran previamente a efectos de organización, y casualmente habían conseguido 180 inscripciones, o eso nos dijeron, de forma que con una separación de un metro entre cada dos de nosotros cubríamos todo el trayecto sin necesidad de movernos prácticamente del sitio. Pero, como dice la canción de Jorge Drexler, “ustedes saben, señores, muy bien como es esto, no nos falló la intención pero sí el presupuesto”; la cola se estiraba y encogía como el chicle y hubo incluso que incorporar a espontáneos que pasaban y se paraban a preguntar ¿te acuerdas, Marta?


Sin embargo la aventura resultó exitosa, superando las expectativas de los organizadores según nos confirmaron. Os doy unos datos que recogimos y dan idea de lo ambicioso del proyecto. La librería contaba en ese momento con 12.000 libros catalogados de los que trasladamos al nuevo local 8.000 en algo mas de dos horas, quedándoles por trasladar entre unos 1800 (¡otra vez el número mágico!) y 2000 libros que, según nos explicaron, trasportarían ellos mismos con unas carretillas en cualquier momento, habiéndose ahorrado el temible camión de mudanzas y con un trato mucho más exquisito de los ejemplares. Sí, ya se que no salen las cuentas pero fue las cifras que nos dieron.
Lluís también participó, mediante un reportaje fotográfico que lamentablemente no podemos incorporar por falta de espacio, pero todos sabéis de su buen hacer y su entusiasmo en cualquier nueva aventura. También hubo cobertura de la noticia por parte de periódicos y cadenas de radio y televisión ¡seguro que muchos de vosotros supisteis de la iniciativa!
Y termino ya con la narración de esta experiencia, esperando que Marta la enriquezca con algún comentario porque seguro que me he dejado muchas cosas. Yo solo quiero que visitéis la librería Nollegiu del Clot, salvada en el tiempo de descuento, y colaboréis a que nuestro barrio siga manteniendo un local que es un auténtico lujo, sea comprando libros, sea participando en las presentaciones o clubs que Xavi y sus compañeros organizan de forma tan eficaz.
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Querida Maite,
Haces un gran comentario sin dejarte ni una coma. ¡Vaya una tú de olvidarte algo!
Lo recuerdo como un domingo diferente, que participamos en la cadena humana, sobre todo por las ganas que teníamos de no perder la única librería que hay en el barrio.
Fuimos chicas sensatas, que no nos aprovechamos ni del desayuno ni del aperitivo que ofrecían, fuimos directamente a trabajar.
¡Tal como dices, pasaron por nuestras manos 8.000 mil libros, pero no sabes como tenía los tríceps y los bíceps el día siguiente!
Durante el traslado pudimos comentar libros leídos, libros por leer, aunque a Maite pocos le faltaban.
Estuvimos casi tres horas de pleno trabajo, como un acordeón humano que en algunos momentos teníamos que andar unos cuantos pasos para entregar los libros a nuestro compañero.
El final fue lo mejor, después del duro trabajo, llegaron Javier y Lluís, frescos como dos rosas, preparados para hacer un aperitivo. Decidimos seguir en el barrio, y al final acabó con una comida que fuimos invitados por Maite y Javier, ya que era su aniversario de boda. Un día espléndido. Muchas gracias. Un abrazo
Entrañable entrada Maite. Ayudar siempre satisface y tratándose de libros y dos fervientes lectoras como Marta y tú, seguro que el placer fue mayor. Enhorabuena por el artículo y por haber contribuido a la supervivencia de una librería en vuestro barrio. Seguro que de ella surgen futuros protagonistas de esta adorable sección.
Un abrazo.
Imagino el placer que se debe sentir cuando colaboras en una acción tan bella como desinteresada.
Reflejas el momento y nos permites revivirlo con mucho cariño.
Se me ocurren mejores maneras para celebrara un aniversario de boda, pero te compro la originalidad.
Salvar una librería es algo muy especial, parece un guion de cine.
Mi sincera enhorabuena a las dos.
Pues sí, chicos, fue una original forma de celebrar el aniversario pero compensó mucho, redondeada después por el picapica en tan estupenda compañía. Creo que estas actividades que unen lo útil a lo agradable deberían ser más frecuentes en esta etapa de nuestras vidas y demuestran que aun seguimos “al pie del cañón” ¿no os parece?
Que placer disfrutar del tacto de tantos libros, seguro que fue una mañana emocionante con final feliz, cómo fue día de tu boda. Felicidades
Lourdes