LA LARGA HISTORIA DEL CAMBIO CLIMÁTICO
Hablar de cambio climático es una redundancia porque el cambio está en la naturaleza del clima, le es intrínseco. Los cambios en el clima pueden ser a pequeña escala, dependiendo del lugar y de la estaciones, pero a lo largo de la historia del planeta Tierra se han producido cambios a gran escala debidos a distintos factores físicos y químicos. Lo novedoso en el último siglo ha sido la intervención humana en el clima.
El cambio climático es un tema de actualidad, pero el clima no ha cesado de cambiar desde los orígenes de la Tierra. En el inicio de su formación hace 4.600 millones de años, la Tierra era una masa incandescente, después se fue enfriando y se consolidaron los continentes y los océanos hasta llegar a su distribución actual, sucediéndose periódicamente las glaciaciones y los periodos interglaciares, más cálidos.
Una glaciación es un periodo de larga duración en el cual baja la temperatura global y da como resultado una expansión del hielo continental, de los casquetes polares y los glaciares. Las glaciaciones se subdividen en periodos glaciales, siendo el Wúrm el último hasta nuestros días, finalizado hace 11.700 años, dando paso al Haloceno, la época templada actual.

De acuerdo con el término dado por la glaciología, glaciación se refiere a un periodo con casquetes polares tanto en el hemisferio norte como en el sur. Según esta definición, aún nos encontramos en una glaciación porque hay casquetes polares en Groenlandia y la Antártida. Sin embargo, de forma más coloquial se utiliza glaciación para hablar de periodos más fríos con extensos casquetes polares en Norteamérica y Eurasia.
La glaciación hipotética más antigua, la Huroniana tuvo lugar entre hace 2.700 y 2.300 millones de años, pero la más antigua bien documentada y probablemente la más severa de los últimos mil millones de años empezó hace 850 millones de años y finalizó hace 630 millones de años (periodo Criogénico). En ese tiempo podría haberse producido una glaciación global, es decir que el globo terráqueo entero habría quedado cubierto de hielo. Acabó a medida que el vapor de agua volvía a la atmósfera y se incrementaba el efecto invernadero, provocado por el acúmulo de dióxido de carbono emitido por los volcanes, ya que los mares gélidos no tenían capacidad para absorberlo. Se ha sugerido que al final de esta glaciación se desencadenó la explosión cámbrica, aunque esta teoría es reciente y controvertida.

La glaciación actual empezó hace 40 millones de años con la expansión de una capa de hielo en la Antártida, se intensificó hace tres millones de años con su extensión en el hemisferio norte y continuó durante el Pleistoceno. Desde entonces el mundo ha pasado ciclos de glaciación con el adelanto y retroceso de las capas de hielo durante miles de años. Las dos últimas glaciaciones han sido la denominada Riss (hace 180.000-130.000) años y la Würm (hace 70.000-10.000 años). Cabe destacar que en cada periodo la extensión máxima del hielo no se mantiene estable, alternando periodos más fríos denominados glaciales y más cálidos, los interglaciales. Los glaciales se caracterizan por climas más fríos y secos en gran parte de la Tierra, lo cual origina cambios en la flora y la fauna (tundra y estepa poblada por renos, mamuts, etc.), la bajada del nivel del mar debido al agua atrapada en el hielo y cambios en los patrones de circulación oceánica. Ahora nos encontramos en un periodo interglacial según algunos autores y según otros postglacial.
Las causas de las glaciaciones todavía son un tema controvertido, pero hay consenso en varios factores importantes:
- La composición de la atmósfera. El más importante es el efecto invernadero, por acúmulo de gases:
El clima de la Tierra es una respuesta a la búsqueda de equilibrio entre la energía que recibe el planeta y la que emite de vuelta al espacio Si toda la energía que nos llega del Sol se marchase, la vida tal como la conocemos sería imposible. El mecanismo que impide que escape una porción de esa energía, logrando así que la temperatura sea más elevada, se llama efecto invernadero y las piezas que lo forman son los gases así denominados, los GEI, principalmente el vapor de agua, el CO2 y el metano. ¿Cómo funciona este mecanismo? Por una mezcla de física y química. La energía que llega del Sol lo hace en forma de luz, cuya longitud de onda es corta; de esta manera puede atravesar la atmósfera y llegar hasta la superficie terrestre, ya que los GEI son permeables a la radiación corta. Sin embargo, cuando la energía vuelve rebotada hacia el espacio lo hace en forma de calor o radiación infrarroja que tiene una longitud de onda más larga y esa sí puede ser atrapada por algunos de los gases presentes en la atmósfera, los mencionados gases de efecto invernadero.
Otro factor del que depende la mayor o menor cantidad de energía que puede quedarse en la Tierra es el albedo que nos indica la proporción de radiación solar que resulta directamente reflejada hacia el espacio. Esta reflectividad es distinta según la superficie de que se trate: la nieve, el hielo o la arena del desierto son altamente reflectivas, tienen mucho albedo, mientras que las nubes los bosques o los océanos reflejan peor la radiación, con lo cual es mayor la cantidad que puede quedarse en el sistema. Por el contrario, cuanta más cantidad de hielo se extienda sobre el planeta menos calentamiento se inyectará en el sistema, por ser menor la cantidad de radiación devuelta al espacio.
Por tanto, una variación de GEI presentes en la atmósfera y del albedo total de la Tierra , debida a los cambios en las distintas superficies del planeta, tendrán como consecuencia un mayor calentamiento o enfriamiento por las variaciones en la captación de calor de la atmósfera y la capacidad de reflectar más o menos radiación.
- La variación en la cantidad de radiación solar que llega hasta nuestro planeta. .
Las causas de estas variaciones son tres y pueden solaparse entre ellas:
A) Los cambios en el recorrido de nuestro planeta alrededor del sol, que cada 100.000 años describe una órbita un poco más excéntrica.
B) La modificación en el eje de rotación de la Tierra, que va variando cada 41.000 años.
C) Cierto cabeceo que caracteriza a ese eje y que supone cambios en la relación de los equinoccios y los solsticios con respecto a la mayor o menor cercanía de la Tierra al Sol, lo que se conoce como precesión
Estos cambios, que son más o menos cíclicos, se conocen como ciclos de Milankovitch, nombre del astrofísico serbio que los descubrió. La combinación de los tres ciclos da lugar a importantes diferencias en la cantidad de radiación que incide en cada hemisferio y en cada estación del año. Los principales ciclos se producen cada 413.000 años y los ciclos menores cada 95.000-136.000 años, periodicidad que coincide con las glaciaciones
- Cambios de la órbita del sol alrededor del centro de la galaxia.
- La dinámica de placas tectónicas y su efecto sobre la situación relativa y la cantidad de corteza oceánica y terrestre en la superficie de la tierra.
- Desplazamiento de los polos geográficos y magnético.
- Variaciones en la actividad solar.
- La dinámica del sistema Tierra-Luna.
- El impacto de meteoritos de grandes dimensiones.
- Las erupciones volcánicas.
Los expertos vaticinan que la próxima glaciación empezará dentro de 50.000 años., pese al calentamiento global provocado por el ser humano. ¡A saber que será entonces de nuestra especie!. Hay que tener en cuenta que los homínidos somos unos “mutantes”. Nos separamos de los chimpancés hace 6 ó 7 millones de años y así como ellos apenas se han modificado, nosotros hemos experimentado una rápida evolución en términos cosmológicos. Pero ese es otro tema.
PROXIMO CAPITULO: EL CLIMA, MOTOR DE LA HISTORIA.
BIBLIOGRAFIA: “La infuencia silenciosa”. Roberto Brasero. Ed. Espasa, 2017.
- CASPAR DAVID FRIEDRICH - sábado, 24 de junio de 2023
- Cercant l’Art III (nº5, juny) - sábado, 24 de junio de 2023
- EL PALACIO DE DIOCLECIANO - sábado, 20 de mayo de 2023
Que interessant Cinta!
És curiós que els entesos discuteixin si estem encara al final d’un període glacial o no. Aquestes grans magnituds són poc abraçables per l’home, per molt que ens hi escarrassem.
Potser cada dia les entenem millor, però després els canvis sempre ens agafen per sorpresa o som massa petits per controlar-los, encara que costin moltes vides… potser algun dia la de quasi tots!
Ho som tant de petits enfront les forces de la natura! I ens han volgut fer creure, en aquestes últimes dècades de múltiples avanços tecnològics, que som els amos. Amos de què? Si ni tan sols som capaços de controlar els canvis climàtics desastrosos que està generant la nostra espècie.
Respectar la natura – la seva fragilitat i la seva força brutal, fora del nostre abast – és un acte d’humilitat i de realisme. Indefugible.