La Fontana Pretoria
SOLUCIÓN AL CONCURSO “CERCANT L’ART” (noviembre):
Fontana Pretoria, Palermo (Sicilia), obra de Francesco Camilliani de estilo renacentista.
Acertantes (por orden alfabético): Maite Talón, Pepe Ruiz, Pere Ramirez y Pere Sanchez..
COMENTARIO
En el centro de Palermo, cerca de los Quattro Canti, nos encontramos una plaza que es prácticamente una inmensa fuente renacentista, la Fontana Pretoria, obra con alegorías mitológicas del escultor Francesco Camilliani (Florencia 1530-1586), trabajada en mármol blanco de Carrara.
Camilliani fue discípulo de Baccio Bandinelli (Florencia 1493-1560) un escultor que rivalizó, sin éxito, con el gran Miguel Angel Buonarroti (1475-1564). De hecho, su escultura Hércules y Caco lucía en la plaza de la Signoria de Florencia cerca del David de Miguel Angel.
En la primera veintena del siglo XVI habían coincidido en Florencia grandes artistas como Leonardo Da Vinci, Miguel Angel y Rafael. Ellos revistieron la serenidad del arte clásico de mayor expresividad y exaltación dinámica, combinado la belleza y la armonía casi a la perfección.
El reto fue enorme para la siguiente generación, muchos discípulos suyos. Algunos asumieron que no podían superarlos y se dedicaron a copiarlos exagerando las posturas de sus formas, una moda que críticos posteriores denominaron manierismo. Otros quisieron mejorarlos en sus concepciones con enigmas gráficos que solo podrían descifrar los más eruditos o representaciones caprichosas, extrañas y a veces artificiosas. Este alejamiento del clasicismo fue el preludio de la aventura barroca del siglo XVII.
Francesco Camilliani fue uno de estos artistas que vivió la resaca de grandes maestros de mediados del siglo XVI. Su obra más conocida es la Fontana Pretoria, un universo de figuras humanas, seres mitológicos y divinidades, esculpida entre 1554 y 1555.

La fuente fue un encargo de don Pedro de Toledo y Zúñiga, suegro de Cosme I de Médicis, virrey de Nápoles y Capitán General de los ejércitos españoles, para decorar su exuberante villa florentina. A su muerte, su hijo Luis la vendió al senado de la ciudad de Palermo, por mediación de su hermano García de Toledo Osorio, gobernador de Palermo y antiguo virrey de Sicilia.
En su ubicación florentina casi 50 esculturas adornaban la fuente y noventa columnas formaban el perímetro de la balaustrada. Giorgio Vasari, historiador de arte de la época, la nombró “la fuente más estupenda que no tiene igual en Florencia o quizás en Italia“.
La fuente fue trasladada en barco a Sicilia en 644 pedazos y montada en Palermo en 1573 bajo la dirección de Camillo Camilliani, hijo del escultor, con la colaboración del escultor Michelangelo Naccherino. Para integrarla en la Piazza Pretoria fue necesario remodelar el espacio urbano del siglo XVI y eliminar algunos edificios.
Algunas de las esculturas se fracturaron con el transporte y otras quedaron en manos de Luis de Toledo, el hijo del virrey. Dos de ellas son posiblemente las divinidades que hay en el Museo del Bargello de Florencia.
La fontana, es también conocida desde antiguo como della vergogna, para algunos por la desnudez de sus figuras y para otros por la corrupción política de su época. Se dice que durante el periodo de dominio y ocupación de los españoles en Palermo, los mesineses enfrentados con los palermitanos, rompieron la nariz de las estatuas. Otra versión relata que los más puritanos de la ciudad, entre ellos las monjas de los conventos cercarnos, se escandalizaron con la desnudez de las figuras, y por ello decidieron castrar las esculturas. Temerosos de «tocar los genitales», optaron por fracturar sus narices que, afortunadamente, más adelante fueron restauradas.

La fuente está formada por un juego de simetría en el que cuatro escaleras ascienden hacia la fuente central. Cada escalera está flanqueada por dos esculturas en la parte inferior y otros dos al finalizar los peldaños. Se tratan de divinidades paganas del mundo clásico. Por ejemplo al pie de las escaleras encontramos al Baco romano o Dionisio griego, con su racimo de uvas representando el vino, a Hércules, Diana, Apolo, Adonis o Mercurio, entre otros.

En el anillo inferior, entre cada escalera, hay una bañera sobre la que se presentan cuatro representaciones de dioses e inmediatamente detrás una hilera de seis bustos de animales (algunos imaginarios o mitológicos) escupen agua de sus bocas.

La fuente central en lo alto de la escultura agarra una Cornucopia (símbolo de opulencia y derroche), sostenida por una amalgama de cuatro delfines, y a su vez por atlantes en la parte inferior.
Existió una fuente gemela a esta, realizada por el mismo autor. No es seguro si esta otra fuente originalmente estuvo en el mismo jardín florentino que la Fontana Pretoria o fue creada exclusivamente para el jardín del palacio de Sotoformoso, propiedad del II Duque de Alba, Fernando Alvarez de Toledo, familiar directo de los dueños florentinos.
El palacio de Sotofermoso, declarado Monumento Nacional en 1931, se sitúa en la localidad cacereña de Abadía, topónimo que hace referencia a la abadía cisterciense erigida allí en el siglo XII en donde previamente hubo una fortaleza templaria y que posteriormente fue transformada en palacio de la Casa de Alba.
El palacio fue antiguamente un centro cultural y artístico de gran importancia, academia literaria de artistas italianos y flamencos y punto de encuentro de grandes de las letras españolas como Garcilaso de la Vega y Lope de Vega.
Algunas referencias de la época consideraban el jardín como el mejor de estilo renacentista de España. Con el paso del tiempo se fue degradando y hoy en día se encuentra lamentablemente abandonado y la fuente destruida. Solo se puede encontrar algunas pilas y ruinas de estatuas esparcidas en el jardín o en el interior del palacio.

Dada la caída de los dioses en el palacio cacereño, para poder admirar una fuente de Camilliani en todo su esplendor no hay más remedio que volar hasta Palermo. Tenemos una buena excusa, entre otras muchas, para viajar a Sicilia.
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Una entrada molt il.lustrativa, com ja és habitual en tú.
La coneixea per fotos i història perquè vaig programar un viatje a Sicilià per conèixer les terres de l’anterior parella del meu fill.
Al final no va poguer ser, però la tenim agendada.
Ja sigui sols o en grup, espero poguer aparèixer per allà per gaudir-la i evidenment, sentir també la totalitat bellesa de l’illa.
Salut 😘
Una gran y completa descripción para motivar una visita a uno de los pocos rincones que me faltan de Italia.
Me hace especialmente gracia la diferencia entre dos países y dos culturas casi contrapuestas.
En Italia se hace lo imposible por preservar el arte y en España, a pesar de estar en manos de la familia más poderosa y una de las más supuestamente cultas y ricas se deja deteriorar totalmente.
Muchísimas gracias por acercarnos una vez más tanto arte y tan bien y completamente explicado.
Cinta, gràcies per la teva precisa i preciosa descripció d’aquesta magnífica font que has escollit portar a la web i que jo vaig tindre l’oportunitat de veure fa uns anys a Palermo, sense conèixer tants suculents detalls sobre l’obra.
Sicília és realment increïble! Tan gran i amb tanta bellesa natural i tanta barreja de cultures que han anat deixant al seu pas un munt d’art i arquitectura memorables…!
La bellesa de Taormina és indescriptible. També la de Siracusa. Però jo em vaig enamorar de les ciutats del barroc tardà espanyol situades al sud-est: Ragusa, Módica i Noto. Molt recomanables per qui no les conegui.
I el menjar! Deu meu, jo crec que vaig redescobrir la cuina italiana a Sicília. Brutal!
No estaria gens malament un viatget de tota la colla a Sicília! Amb tots els que som i amb la bona forma que tenen alguns, ni la mafiosa “cosa nostra” tindria res a pelar contra nosaltres.
Molt bona idea Pere! Sicilia ha estat una cruilla de cultures i encara ho es amb l’arribada dels refugiats. Nosaltres deixarem testimoni de la cultura Pua (ja, ja).
Gracies pel comentari. Una abraçada.