CANALETTO Y LAS VISTAS
GANADORA DE LA 2ª ENTREGA DE CERCANT L’ART (noviembre): MAITE
SOLUCION:
Vista de Venecia con S. Marcos (hacia 1735), óleo sobre lienzo (46 x 63 cm)
AUTOR: Giovanni Antonio Canal, CANALETTO (Venecia 1697-Venecia 1768)
LOCALIZACION: The Huntington Art Collection, San Marino, CALIFORNIA.
Cannaletto triunfó. Fue un pintor de éxito por sus aptitudes, por supuesto, su gran talento para la composición y esa capacidad de detalle topográfico envuelto en atmósferas difusas, suntuosas de luz y color. Pero su fama se extendió también en gran medida gracias al turismo de la época, al Grand Tour. Para entender ese éxito es interesante retroceder en el tiempo. ¡Vamos allá!
Durante los siglos XV y XVI, los mecenas del Renacimiento italiano y los artista que trabajaban a su servicio volvieron a dirigir su atención hacia la Antigüedad clásica en busca de nuevas imágenes de riqueza y prestigio, adaptando sus temas, modalidades estilísticas y elementos arquitectónicos a las exigencias de los tiempos. El nuevo estilo italiano fue todo un éxito y triunfó en las cortes de los poderosos soberanos de España, Francia e Inglaterra, cuyos signos de ostentación encubrían aspiraciones hegemónicas. De esta manera, el Renacimiento italiano condujo a los aristócratas al gusto por las antigüedades, aunque tenían que conformarse con sus réplicas.
En la Roma del S. XVII se desarrolló un interés mas erudito y documentado por el clasicismo; prueba de ello es, por ejemplo, la rica colección de dibujos descriptivos de las ruinas romanas antiguas reunidas por el anticuario Cassiano del Pozo. Este enfoque mas propiamente arqueológico alcanzó su plena madurez en el S. XVIII. A comienzos de este siglo ya se realizaron excavaciones sistemáticas en las ruinas de Roma en busca de esculturas y de otros objetos de arte que al ir viendo la luz pasaron a enriquecer las colecciones de los pontífices y de la aristocracia vaticana, mientras que en otros lugares tenían que seguir conformándose con copias.
El deseo de conocer las ruinas y obras de arte clásicas propició los viajes a Italia, el Grand Tour , y el género pictórico de las vistas, en particular en el ámbito de las representaciones de las ruinas antiguas, frecuentemente ambientadas en atmósferas irreales e idealizadas.

El término Grand Tour aparece escrito por primera vez en la obra El Voyage d’Italie (1670) de Richard Lassels, en el que se hace referencia al viaje que realizaban por Europa jóvenes aristócratas, principalmente británicos, como parte de su educación clásica, un fenómeno que influyó a muchos artistas y escritores de la época. A mediados del S. XVIII un viaje de instrucción a Italia era considerado complemento indispensable del currículum formativo no solo de cualquier artista, sino también de los mecenas. Roma pasó a ser la meca cultural de Europa, etapa indispensable del Grand Tour de los viajeros transalpinos, muchos venidos de Inglaterra. Fueron célebres los viajes de Thomas Cook que se prolongó desde 1712 a 1718 y el de Lord Richard Boyle Burlington (1714-1745) que se hizo acompañar de un pintor que fue plasmando en los lienzos las imágenes más notables del trayecto y regresó a su país con 878 cajones de souvenirs. La afluencia de adinerados visitantes británicos hizo que en Roma naciera una verdadera industria al servicio del turismo de élite, con una rica producción de copias y falsificaciones de arte clásico, así como de grabados y pinturas con representaciones de sus ruinas. Los especialistas del género se hicieron de oro. Entre ellos merece la pena recordar al pintor y anticuario escocés Gavin Hamilton y al grabador y arquitecto veneciano Giovanni Battista Piranesi, que logró especial éxito con la serie de grabados sobre las Vistas de Roma, realizadas y publicadas entre 1748 y 1775.
Aunque Roma era el cénit del Grand Tour, los viajeros recorrían gran parte de Italia en su periplo, incluidos Nápoles, el Vesubio y las excavaciones arqueológicas de Pompeya y Herculano, iniciadas en la década de 1730. En Florencia les esperaba la galería más famosa del mundo en el S. XVIII, la tribuna de la Galería de los Uffizi. Diseñada por Bernardo Buontalenti en los años 80 del siglo XVI, la sala octogonal estaba repleta de importantes antigüedades y pinturas del Alto Renacimiento y boloñesas de la colección de los Médici.

Tras abandonar Florencia, los turistas a menudo visitaban Padua y Bolonia de camino a Venecia, esa ciudad de ensueño, crisol de arquitecturas con importante influencia bizantina. Fue en Venecia, por el afán de souvenirs, donde principalmente se desarrolló el género pictórico de las vistas como fiel reproducción de la realidad a diferencia del idealismo que teñía las representaciones de las ruinas romanas. Su máximo representante fue Canaletto.
Giovanni Antonio Canal nació en Venecia, donde se formó con su padre, pintor y escenógrafo teatral. En 1719-1720 viajó en su compañía a Roma para ejecutar la escenografía de dos óperas y allí empezó a pintar panorámicas arquitectónicas. De regreso a Venecia desarrolló dos tipos de vistas: las “ideadas” y los “caprichos”. Las primeras eran paisajes puramente fantásticos, con ruinas de extracción real; en los segundos se combinaban elementos de los más dispares, pero cada uno de ellos conforme a la realidad. En las vistas más antiguas Canaletto mostraba todavía su formación de escenógrafo, evidente en la perspectiva espectacular y efectista, así como en el claroscuro acentuado.Poco a poco, y siempre con la ayuda de la cámara oscura, sus pinturas comienzan a caracterizarse por la aplicación del color mediante pequeñas pinceladas y mezclado con tonos claros, ocre o blanco, que confieren una luminosidad difusa a sus cuadros.

La obra de Canaletto tuvo también mucho éxito en el extranjero y llegó a ser tan apreciada por los ingleses que su marchante exclusivo era el propio cónsul inglés en Venecia. Entre 1746 y 1755 visitó Inglaterra en numerosas ocasiones durante este periodo y no tardó en encontrar patrocinadores entre los miembros más destacados de la sociedad londinense, ejercitándose con vistas de la ciudad y sus alrededores.
Al regresar a Italia en 1756, amplió la temática de su obra y empezó a pintar vistas de Roma. Su estilo se volvió más espléndido y lineal para adaptarse al gusto de sus mecenas, tradición propia de muchos artistas de éxito en cualquier época.
Cinta
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Buff! Cinta, tros d’article. M’ho he passat d’allò més be gaudint d’aquest gran tour que descrius i associes als privilegiats del XVII i del XVIII. Per cert, llavors britànics i francesos i ara nordamericans, no ha canviat res respecte la costum de fer una estada il·lustrada per lEuropa més clàssica i fonamentalment per Itàlia.
Et felicito pel desenvolupament de l’article i per l’acostament a la pintura de Canaletto, molt poc consumida per mi.
Un darrer comentari cercant la teva opinió, és si no veus una certa influència del pintor que presentes, sobre la pintura de Turner (també proposat en el qüestionari). A mi, tot i que la composició del britànic em sembla més violenta, el traç petit, el gust pel detall insinuat, els cels, l’atmosfera bromosa i mig onírica me’l recorda.
Gracies Manel.
Si, els quadres de Canaletto a mi també em recorden a Turner. Deuen ser els cels i la llum, encara que a les mans de Turner mes exagerats, al voltant d’escenes amb molt moviment, dramátiques.
Magnífic article. Molt interessant aquesta època de turisme artístic. La menció del Grand Tour m’ha deixat al·lucinat. No ho coneixia. També molts escriptors varen anar a inspirar-se a Itàlia (Stendhal). La influència italiana en els artistes podria ser -ja em corregiràs- que arribés a finals del XIX. Fortuny es va formar a Roma. Mes endavant París va substituir Roma en la capital de l’art.
Article molt inspirador. Canaletto sempre m’ha agradat. Molt bé.
Gracies Lluis.
La influencia d’Itàlia a la pintura va decaure al S. XVIII, però persisteix com font d’inspiració i escola d’artistes de diferents àmbits.
Al 1873 es va fundar La Academia Española de Bellas Artes en Roma, depenent de la de S. Fernando, basada en els ideals de la Ilustraciò, on s’han format pintors, escultors i escriptors espanyols de renom com Sorolla, Canogán, Navarro Baldeweg, Moneo, Benlliure i Valle Inclán y avui en dia continua rebent becaris. Es troba al antic convent de San Pietro in Montorio (colina del Janículo, Trastevere) construït per ordre del Reis Catòlics
Segons he llegit, Fortuny va fer de jove una estada a Roma amb una beca de la Diputació de Barcelona i al cap d’uns anys, a la tornada de la guerra de Marroc ,va assistir a la Academia de Bells Arts de França a la Villa Médicis. Per aquell temps encara no s’havia fundat la Academia Espanyola de Roma.
Realment la pintura de Turner pot recordar a Canaletto, però la Venècia que veu Turner és molt diferent.
Canaletto ens mostra una Venècia grandiosa i meravellosa des de el punt de vista arquitectònic, molt resaltat, plena de vida plasmada en la gent, tot ben delimitat i difinit mostrant un món real.
A Turner li interesa poc ressaltar la Venècia de Canaletto. Parteix d’una sensibilitat diferent i així ens ho demostra. Una ciutat que sembla sortida d’un conte, edificis difuminats, la gent representades amb lleugeres ombres, una Venècia molt humida que destila boirina.
Es una pintura diferent, sembla que tota Venècia floti en uns canals mig tapats per la boira com si fós una visió màgica i subtil, que poc a poc va insinuant l’entrada al impresionisme.
Realment una visió amb una sensibilitat diferent.
Tot i així, Venècia sempre enamora.
Apreciacions molt interesants, Pere. Gracies.
Descrius molt be les diferencies entre Canaletto i Turner. Els quadres de Turner ja estan impregnats de romanticisme i son mes dramàtics. Els de Canaletto son mes plàcids.
Muy interesante Cinta, tanto la información referente a Canaletto como las connotaciones de la época del Grand Tour, que favorecía la producción artística de los pintores, para consumo de estos grandes viajeros que volvían a casa con los recuerdos plasmados en sus lienzos ( creo que la fotografía debió ir acabando con esta “industria”….). Me llama la atención ver como en el mundo mundo de la pintura siempre ha habido triunfadores en vida, como en este caso, frente a otros que tras malvivir, sólo han sido reconocidos tras su muerte.
Gracias Gabi. Dan mucha pena los que no han conocido el éxito en vida. Esperemos que hayan disfrutado con su arte. No fue el caso de Canaletto que estaba en el lugar y en el momento adecuado.
Un abrazo.
Cinta, molt interessant i “gustós” el teu article.
Fixa’t que tot just fa uns dies vaig veure un docu (a la TV , no recordó canal), sobre els “vedutistas” (del italià veduta, vista en català) ,es a dir, de la escola de Canaletto!
A mi, en el cuadro de Plaça Sant Marcos, em va cridar l’atenció de seguida , no sols la perfecció evident del retrat arquitectònic, si no, fixa’t quina tonteria, els grupets de personatjes, “sense massa detall” com tu senyalés, els “turistes del gran tour’…però tot just la falta de detall, l’elecció dels colors i pot ser la seva disposició, em va semblar molt “moderna” si val a dir-ho així.
Un contrast curiós en front del estil del resta de la interpretació tan realista i acurada de edificis i paisatge. Ho veus així també?
Els genis, es lo que tenen, tot el que se’ls hi acudeix es una troballa! Jajaja.
Enhorabona i gràcies
Gracies Pere per afegir aquestes apreciacions tan interessants del quadre. Ara que ho dius, els grupets de gent recorden una mica als de Genovés, no?.
A veure si trobo el documental que anomenes dels “vedutistas”; deu ser precios.