PORTUGAL, “TRILHO DO PESCADORES” en ALENTEJO LITORAL
El Alentejo es la región histórica y actualmente la administrativa, más extensa de Portugal, ocupando casi un tercio del territorio y prácticamente toda la zona sur del país juntamente con el Algarve. Una de sus subregiones, Alentejo Litoral, alberga la mayor parte del Parque Natural do Sudoeste Alentejano e Costa Vicentina, considerado actualmente el tramo litoral mejor conservado de Europa y que se extiende a lo largo de unos 125 km, entre Sines, en Alentejo, al norte y el Cabo de San Vicente, en Algarve, al sur.


El Parque tiene una red de senderos señalizados y mantenidos, que forman la Ruta Vicentina. Forman parte de esta ruta, la llamada Ruta Histórica, de unos 200 km, que une por el interior Cabo San Vicente con Santiago do Cacem y el Trilho dos Pescadores (sendero de los pescadores), de 110 km, que une Cabo San Vicente con Porto Covo, haciendo todo el trayecto por el litoral. Ambos recorridos están organizados por etapas de entre 18 y 25 km, acabando siempre en zonas con alojamientos.
Nosotros estuvimos durante una semana en la zona comprendida entre Porto Covo y Odeceixe, unos 80 km de costa donde pudimos disfrutar de vistas espléndidas, playas maravillosas, pueblos acogedores, caminatas extenuantes y finales de jornada llenos de encanto con puestas de sol espectaculares y tranquilas degustaciones de los manjares del lugar, que los tienen, como todas las zonas de costa.

Viajamos a finales de septiembre con nuestra autocaravana, tranquilamente, con escalas para dormir y visitar el entorno, en Medinaceli y Mérida, en España y en Évora, ya en Portugal. Dejar constancia de que Évora, la capital del Alentejo, es una preciosa ciudad de unos 60.000 habitantes, con un centro histórico muy bien conservado alrededor de la Plaza Giraldo y algunos monumentos de importancia, como el Templo Romano de Diana, las murallas medievales, la Catedral o el Palacio Real, siendo conocida en Portugal como la “Ciudad-Museo”. Si se está por la zona, es de visita obligada.

Al día siguiente, en unas pocas horas, atravesamos el Alentejo de este a oeste, para situarnos en línea de costa y dirigirnos hacia el sur, hacia Porto Covo, sencillo pueblo con bonitas playas, nuestro primer destino por ser el lugar donde se inicia el Trilho dos Pescadores y donde pasamos dos noches.


Trilho dos Pescadores es una caminata dura. El tramo del Alentejo son 4 etapas y unos 80 km que discurren en un 60-70% por terreno arenoso, por las playas y por las dunas sobre los acantilados, en contacto permanente con el viento del mar, que en esta zona sopla sin contemplaciones.
Nosotros solo hicimos completa la primera etapa, Porto Covo-Vila Nova de Milfontes, una de las más duras y bonitas, pues combina calas y grandes arenales con acantilados y vistas espléndidas de la costa. Se pasa por las nombradas playas de Isla de Pessegueiro, Aivados y Malhao y se acaba en Vilanova de Milfontes, que es uno de los bonitos pueblos nombrados de esta zona, situado en una especie de estuario, en la desembocadura del río Mira, con playas preciosas y mucho ambiente.

Al día siguiente nos desplazamos hasta Zambujeira do Mar, donde nos quedaremos instalados durante 4 días. Zambujeira do Mar es un pueblo con mucho encanto, situado sobre unos impresionantes acantilados, desde donde se puede contemplar una inolvidable puesta de sol. Tiene también dos playas preciosas, la de Zambujeira y la de Alterinhos y buenos restaurantes.


En los días siguientes nos movimos en las zonas de cada una de las 3 etapas que nos faltaban, que son, Vila Nova de Milfontes-Almograve, Almograve-Zambujeira do Mar y Zambujeira do Mar-Odeceixe.
La idea es ir a buscar el sendero en inicio o fin de etapa, para hacer desde ese lugar un pequeño recorrido de 2-3 horas entre ida y vuelta. Eso lo complementábamos con visitas urbanas en los pueblos y con playa y baños, ya que, aunque estuvimos en octubre, la meteorología fue fantástica y nos bañabamos cada día.


Aunque sigue habiendo ensenadas y calas, los arenales y grandes playas van desapareciendo conforme avanzamos hacia el sur, siendo sustituido el paisaje por una costa inmensa y bella, caracterizada por escarpados acantilados de diferentes colores esculpidos por el viento y el agua, entre los que siguen apareciendo playas idílicas de colores increíbles.

Es de destacar la presencia en el Parque de la cigüeña blanca, por ser aquí el único lugar en el mundo donde nidifican en acantilados marinos. Nosotros vimos los lugares, pero sin cigüeñas por no ser época (incorporo una foto, copyright de VisitPortugal.com/Rota Vicentina, con cigüeñas y polluelos en los nidos).


El final de la cuarta etapa, Odeceixe, también es un lugar espectacular y especial, con el pueblecito en la ladera, sobre una enorme playa formada por la ría que en ella desemboca. En Odeceixe acaba el Alentejo y empieza el Algarve.

Nosotros hicimos un último día en esta parte del Algarve que limita con Alentejo, visitando una zona espectacular. Se trata del pueblo de Aljezur, en el interior, a unos 15 km de la costa, atravesado por el río Ribeira de Aljezur, en cuya desembocadura nos encontramos la enorme y preciosa playa de Amoreira, en su margen derecho. En la parte izquierda de la desembocadura, un lugar “casi” propiedad de los surfistas, la playa y el enclave de Monte Clérigo, donde pasamos la última noche.


El Parque Natural del Sudoeste Alentejano y Costa Vicentina, fue creado en 1988 y sin duda ha conseguido lo que fue objetivo principal de sus impulsores, mantener intactos los 125 maravillosos km de uno de los litorales más espectaculares que existen en el mundo. Ha sido una agradable sorpresa descubrirlo y os invito a que lo hagáis vosotros también.
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Gracias Gabi por descubrirme esta costa tan espectacular y bien conservada. Como siempre, tu texto y las fotos que le acompañan lo hacen un destino muy apetecible. Tomo nota.
Del Alentejo solo conozco Évora y me encantó. Ya sería hora de volver y conocer esas playas tan impresionantes.
Un abrazo.
Gabi, es un lujo tenerte en la web relatando e ilustrando escapadas tan magníficas como esta que nos has contado.
Hace ya muchos años estuve en Vila Nova de Milfontes, pero no disfruté ni de una cuarta parte de los lugares que describes. ¡Qué fotos chaval! ¡Se me hace la boca agua!
¡Teniendolo tan cerca me has animado/empujado/obligado a volver!
Un abrazo.
Amigo, un viaje a una zona que conocí en los ya lejanos años 80.
Lugar para disfrutar y sentirse satisfecho de haberse desplazado a tal región, la cual te recibe con los brazos abiertos de su alma.
Seguramente en tiempos venideros, volveré en camper van, habiendo ya dejado algunos destinos transatlánticos.
Gracias por recordarme una vez más aquellas tierras y sus vivencias.
Un abrazo.
Pere S.