¿POR QUÉ CHINA NO DESCUBRIÓ AMÉRICA?
Hace más de 20.000 años, grupos de cazadores-recolectores de Eurasia comenzaron a poblar América. Era una época de glaciación y por el descenso del nivel del mar los dos continentes estaban unidos por un istmo: Beringia.
Es un misterio el por qué esos humanos primitivos se enfrentaron a las bajas temperaturas y a glaciares de cientos de metros de altura que cubrían la parte septentrional de América, en un periodo sin presión demográfica. ¿Fue por el afán de exploración del ser humano o huían de alguna catástrofe, hambruna o persecución? ¿Cómo atravesaron esa barrera gélida? ¿Llegaron por tierra o por mar?
Cuando lograron atravesar ese territorio inhóspito, fuera por un corredor del hielo o por la costa, se dirigieron hacia el sur hasta encontrar una tierra más templada. Sin embargo, no se conformaron con quedarse en un lugar con abundantes recursos y continuaron su marcha. Hace unos 14.400 años ya se habían establecido en la Patagonia.
Los estudios genéticos de momias, algunas de más de 10.000 años de antigüedad, han revelado que del linaje de esos primeros pobladores que atravesaron la barrera del hielo surgieron el resto de grupos que se expandieron hacia Mesoamérica y Ämerica del Sur.
Con el deshielo del final del Paleolítico, Beringía fue invadida por el mar, se interrumpió la comunicación terrestre entre los dos continentes y América cayó en el olvido hasta el desembarco de Cristobal Colón en el Caribe en 1492. Esta vez el descubrimiento de América llegó a través del Atlántico, no del Pacífico. ¿A qué se debió que fuera una pequeña zona del suroeste de Europa la que se lanzara a la exploración del océano en lugar de China, cuya civilización estaba en muchos aspectos más avanzada? ¿Por qué China no conquistó América?
La civilización China dispuso antes de la europea de los medios técnicos imprescindibles para la aventura oceánica, como por ejemplo la brújula que conocían desde el siglo XI. En el siglo XIV los grandes juncos de cuatro puentes, con cuatro o seis mástiles, capaces de llevar doce grandes velas y más de un millar de hombres a bordo, no tenían competidores en Europa.


Entre 1405 y 1433, el eunuco Tscheng Hwo llevó a cabo una serie de asombrosos viajes que le llevaron hasta Sumatra, Ceilán, la India, Arabia, la costa abisinia y Ormuz. Sin embargo, las expediciones se interrumpieron. China, cuyas incursiones oceánicas habían precedido ampliamente a las europeas, abandonó pronto estas aventuras.
Se han buscado múltiples explicaciones a este hecho. Tal vez la precocidad china se debiera, en buena parte, a la facilidad de navegar en el ámbito de los monzones, pero más allá comenzaran las dificultades.
Otra posible causa de aquella sorprendente interrupción fue el inicio de la conquista interior de su inmenso territorio y su enfrentamiento con los mongoles. Sin embargo, quizá lo decisivo fuera la falta de motivos y de grupos sociales y personas interesadas en extender su territorio en ultramar.
La exploración marítima había sido exclusivamente una cuestión de estado y la red de comercio chino no cubría más que una cuarta parte del espacio recorrido por las grandes exploraciones. Parece ser que la China del siglo XV no sentía la necesidad de aprovecharse de mercancías raras, como era el caso de las especias para los europeos, ni sufría la avidez de dinero que experimentaría un siglo después.
En contraposición, la civilización europea tenía una antigua tradición de exploración marítima, nacida en la cuenca mediterránea más de 3000 años a.C., que dio lugar a redes de intercambios, no solo de objetos y bienes materiales, sino también ideológicos y culturales
Se podría decir que la sociedad europea del siglo XV era más ilustrada que la China gracias a su dominio de la escritura alfabética (superior a los signos ideográficos) y el gran invento de la imprenta en 1440. Como el saber lleva a la innovación, Europa tomó ventaja. Según Chaunu, “La intercomunicación no podía venir más que de ese mundo lleno. Europa tenía el más largo pasado, la más densa red de comunicaciones y, gracias al escrito, la mejor memoria”.
Bien es verdad que la economía acaba estando detrás de todo y el elevado consumo de carne en Europa, una cada vez más extensa ganadería y el uso abundante de la madera, limitaban la superficie disponible para la agricultura, tema resuelto en China mediante el cultivo del arroz, generalizado entre los siglos XI y XIII. Una hectárea de arroz producía muchos más quintales y calorías que una de trigo y eso permitía alimentar a una mayor cantidad de personas y por tanto, una mayor densidad de población. Desde su generalización, China fue un inmenso espacio con una gran capacidad para incrementar el número de sus habitantes. En China hacían falta hombres, mientras que en Europa faltaba espacio y ello le impulsó a la expansión.

La administración y defensa de tan vasto imperio, sería para China un lastre para la expansión ultramarina y el desarrollo del capitalismo. Por el contrario, en la Europa de naciones no existía tal obstáculo. Por ejemplo, ante el avance de los turcos en el este, no había ningún emperador europeo que pudiera cambiar el rumbo de las expediciones portuguesas del Atlántico al Mediterráneo. Portugal no se vio apartada de sus aventuras ultramarinas para defender Viena porque no tenía ninguna obligación política para hacerlo ni había ningún mecanismo para obligarle a ello.
Los musulmanes poseían también unas técnicas marítimas bastante avanzadas. Sin embargo, su navegación más allá de Zanzíbar y Madagascar se detuvo en la llamada corriente de Madagascar que arrastra fuertemente hacia el sur. También les faltaban motivaciones porque obtenían el oro, el marfil y los esclavos en la costa de Zanzibar y a través del Sahara en el recodo del Niger. No necesitaban llegar al África occidental.
Como decíamos, Europa tenía la motivación y a mediados del siglo XV se sumaron los adelantos técnicos. El principal fue la carabela, más pequeña y ligera que los pesados navíos de borde alto empleados en la navegación continental atlántica. Alargada y con una proa afilada, combinaba las velas cuadradas motrices con otras latinas (triangulares) que le aportaban agilidad y maniobrabilidad. Otra ventajas es que requería una tripulación escasa y que tenía buena capacidad de carga, lo cual le permitía transportar provisiones suficientes para adentrarse en el océano.

En la segunda mitad del siglo XV surgió también la nao, más potente y con el doble de capacidad de carga que la carabela.
A los avances en la navegación se añadieron los cambios en las tácticas del combate naval; se sustituyeron los remeros y guerreros de las galeras por velas y cañones. A partir de ese momento, los barcos atlánticos pudieron imponer su fuerza en todos los mares del globo.
BIBLIOGRAFIA:
La Edad Moderna (siglos XV-XVIII). Luis Ribot. Ed. Marcial Pons Historia, 2022.
La Era de los descubrimientos (1400-1600). David Arnold. Alianza Editorial, 2021.
- CASPAR DAVID FRIEDRICH - sábado, 24 de junio de 2023
- Cercant l’Art III (nº5, juny) - sábado, 24 de junio de 2023
- EL PALACIO DE DIOCLECIANO - sábado, 20 de mayo de 2023
¡Muy interesante Cinta! Siempre me fascina ver cómo los cambios y movimientos de la Historia son resultado de numerosos factores, de forma que, si bien nos brinda algunas lecciones, dicha complejidad hace improbable cualquier predicción sobre nuestro futuro. Estamos aún muy lejos de la psicohistoria que Asimov describía en su Fundación 🙂
Amiga Cinta, molt interesant article.
Ha estat una agradable lectura de coneixement històric, en resposta a una pregunta molt sorprenent i captivadora.
Enhorabona per aquesta il.lustrant entrada.
Abraçades.😘
Interesantíssim. M’ho he passat tant bé llegint que m’ha semblat curt. Dones alguna clau molt fina i definitiva de com van anar les conquestes de continents. Jo havia sentit que l’emperador xinés va prohibir el comerç intercontinental per por a que el poder (econòmic) estigués més distribuït i suposés una amenaça per la supervivència del propi imperi.