“LA DOLCE VITA” Viaje a la música italiana de los 60 (I)

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¡Ahh… las canciones italianas de los 60! ¿Quién de nuestra quinta no las recuerda?

Hace ya un par de décadas, allá por el año 2000, se me metió en la cabeza la peregrina idea de rescatar de entre viejos recuerdos y con la ayuda de internet, algunas de aquellas antiguas melodías italianas que los de nuestra generación escuchábamos siendo aún cándidos preadolescentes.

Recuerdo que fue a mediados de los 60 cuando mi padre trajo a casa nuestro primer tocadiscos y empezó a comprar algunos vinilos de 33 y 45 rpm. A mi padre le gustaba escuchar orquestas de música ligera de la época – Ray Conniff, Franck Pourcel –, pero sobre todo orquestas americanas de swing al estilo Glenn Miller o Benny Goodman y música de baile, como el “twist” que hacía furor en aquellos locos años.

Lo cierto es que mi madre no se moría por bailar, pero en cambio a mi padre le encantaba hacerlo y según les oía decir a sus amigos, se le daba muy bien mover el esqueleto sobre las pistas de baile en su época de novios y más tarde, tras mi llegada a este mundo, en bodas y bautizos.

De entre los discos que atesoraba mi padre, a mí me gustaban especialmente dos 45 rpm: un twist pionero y electrizante: “The fly” del americano Chubby Checker, y otro de la cantante italiana Mina, “Città vuota”, que ya a esa tierna edad me fascinaba. 

Pero recuerdo que las “canzoni” sonaban sobre todo en casa de unos amigos, íntimos de mi familia, mitad catalanes, mitad italianos, a los que visitábamos con frecuencia en invierno y con los que compartíamos casa en verano; sus dos hijos – Carlo y “Michelino” –  unos años mayores que yo, coleccionaban discos de 45 rpm de cantantes italianos y pasábamos muy buenos ratos escuchándolos.

Así que cuatro décadas después, como os decía, residiendo ya en Bilbao y cuando mis escaramuzas en las redes habían conseguido cierta fluidez,  un buen día me puse a rescatar aquellas viejas canciones no solo de los altillos de la memoria, sino también físicamente, en mp3, para una vez reunidas, convertirlas en uno o dos CD´s – entonces hacía ese tipo de cosas – que decidí titular “La Dolce Vita”.

A lo largo de todo un año de búsqueda de títulos y nombres de intérpretes – la mitad olvidados – , el programa E- Mule me permitió descargar muchas de aquellas entrañables canciones italianas que había escuchado sin  haber cumplido aún los 18.

Algunos de esos temas habían alcanzado el éxito en medio mundo poco antes de que los grupos anglosajones coparan el mercado discográfico internacional y por ende, nuestras nuevas apetencias musicales de púberes más o menos rebeldes, y cada vez menos amigos de la melodía.

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Carátula trasera de “La Dolce Vita”

Pero regresemos por un momento a esos años 50 y 60 del siglo pasado y echemos un vistazo a lo que ocurría por aquella época en nuestro país vecino.

Italia se encontraba entonces en la época de la Primera República, acompañada de un fuerte desarrollo económico y tecnológico, impulsado en gran parte por el Plan Marshall. Todo parecía posible.

El cine italiano vivía su momento más álgido, primero con el neorealismo, gracias a los trabajos de De Sica, Rosellini, Visconti o Germi e inmediatamente después con el “nuovo cinema”  que se inició precisamente con “La Dolce Vita” de Federico Fellini en 1960.

En la música ligera ya a finales de los 50 habían surgido algunas figuras que abrirían nuevas tendencias, como: Fred Buscaglione o Renato Carosone que sometían a la canción napolitana a una revisión radical. “Tu vuò fà l´americano” de Carosone apareció en 1956.

Los nuevos ritmos llegados de América – rumba, cha-cha-cha, swing, blues, jazz – empezaban a transformar el legado melódico de la ópera italiana y de la popular canción tradicional napolitana, en la novísima “canzone”.

El Festival de San Remo, nacido en 1951, fue la banda sonora de una Italia que acababa de salir del fascismo y de la Segunda Guerra Mundial y sólo deseaba escuchar y cantar melodías alegres, despreocupadas, con nuevos aires de modernidad.

El año 1958 – el de mi nacimiento – fue un año significativo en lo político y social. Aquel año murió Pío XII y le sustituyó Juan XXIII. En Francia, De Gaulle imponía el régimen presidencial y en Cuba triunfaba la revolución de Fidel Castro y el Che Guevara.

Fue en 1958 cuando San Remo dio a conocer a Domenico Modugno, que  se hizo enormemente famoso con su tema “Nel blu dipinto di blu”. Universalmente conocida como “Volare” se convirtió en el único tema de la historia de la música italiana que ha logrado el primer puesto de las listas de éxito USA (permaneció 13 semanas) y alcanzó, al final de ese mismo año, el millón de copias vendidas en Italia y otros 22 millones en todo el mundo. “Mr. Volare”, como apodaron a Modugno en América, parecía el símbolo de esa década: su melodía era liberadora, optimista, llena de energía.

Los años 60 fueron los del “milagro económico italiano” y según avanzaba la década, la progresiva entrada en los hogares de tocadiscos, vinilos de 45 rpm y sobretodo de la televisión, hizo que la música popular italiana experimentara un fabuloso despegue.

En 1961, solo tres años después de éxito de Modugno, llegó a San Remo un joven que se retorcía al grito de “24.000 baci”, 24.000 besos. Era Adriano Celentano; con él entraba al fin en el festival una nueva categoría social: los jóvenes. (Nota: observad en el video como baila r&r el camarero detrás la barra, ja,ja,ja)

En los años que siguieron, un puñado de nuevos compositores y cantantes escribieron, melodía tras melodía, la historia de la época más gloriosa de la música ligera italiana: Gino Paoli, Mina, Jimmy Fontana, Nicola di Bari, Rita Pavone, Patty Bravo, Luigi Tenco…

Mención aparte merece el compositor Ennio Morricone, famoso más tarde por bandas sonoras como “El bueno, el feo y el malo”, “Por un puñado de dólares” o “Cinema Paradiso”.

En los 60 era arreglista de la productora RCA y sin duda contribuyó a dar auténtica calidad musical a algunos de los temas que alcanzaron rápidamente el éxito internacional.

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Ennio Morricone

Y sin más preámbulos, permitidme INVITAROS, en esta y en próximas entregas, a un paseo por la música de aquella Italia que tras recuperarse de la dura posguerra, soñaba con refugiarse en un sueño, en un mito: el de la «Dolce Vita».

Empezaremos, como lo hace el CD, con dos magníficos temas: “Il mondo” de Jimmy Fontana y “Cità vuota” de la grandiosa Mina Mazzini, Mina. Un ruego: escuchadlos con auriculares, en Stereo(otro invento de la época). Gracias.

JIMMY FONTANA

Jimmy Fontana (Enrico Sbricolli) (1934-2013) comenzó su carrera musical muy joven como contrabajista autodidacta y cantante en pequeñas orquestas de jazz, mientras estudiaba economía en la universidad de Roma.

Finalmente abandonó sus estudios para dedicarse de lleno a la música. Su salto a la fama se produjo gracias a Ennio Morricone que lo recomendó a la productora RCA.

Lejos de la imagen de galán de otros cantantes, con sus gafas de pasta y aspecto tímido, en 1965 compuso e interpretó uno de los mayores éxitos de la canción italiana: “Il mondo” escrita por él y Carlo Pes, con arreglos de Ennio Morricone.

Jimmy Fontana grabó “Il mondo” también en castellano y catalán (El món) y existen versiones en otros muchos idiomas.​

Otros temas suyos también cruzaron fronteras como “Io che non vivo sesa te” y sobre todo “Che será” que, interpretada por su amigo personal José Feliciano, alcanzó éxito en todo el mundo.

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MINA

Si el concepto de diva puede aplicarse a alguien es a Mina. Y no ya por su poderosa voz de mezzosoprano, con un registro increíble, heredada de su abuela – cantante lírica -, ni por haber vendido más de 75 millones de discos en todo el mundo, sino por su propia y singular personalidad.

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Anna María Mazzini nació en 1940 en un pueblecito de la Lombardía. Empezó a cantar muy joven. En sus inicios formó un grupo de rock “gritado” (“urlato”) estilo de moda en la Italia en aquella época.

Pero fue en 1959 es cuando se dio a conocer al gran público con el “twist” “Tintarella di luna“, cuyo éxito se extendió por varios países europeos.

Luchino Visconti lo incluyó en su película “Rocco y sus hermanos”, también Antonioni en “La aventura” y después en “El eclipse”. 

Todo le iba sobre ruedas en los inicios de su carrera cuando en 1963 tuvo un hijo con el actor romano Corrado Pani, que estaba casado, aunque formalmente separado (el divorcio no llegaría a Italia hasta siete años después). Fue un escándalo en la Italia de la época. Los medios de comunicación más conservadores la llamaron “pecadora” y la RAI censuró sus actuaciones durante un año, en el que tuvo que exilarse a Alemania. En 1970 se casó con el periodista Virgilio Crocco, que tres años más tarde murió atropellado en Estados Unidos. Mina se quedó viuda, a cargo del niño que tuvo con Pani y con una niña, fruto de su unión con Crocco.

Cinco años después, en 1978 sin dar explicaciones se retiró definitivamente de los escenarios y se exilo voluntariamente a Lugano, Suiza. En 2006 se casó de nuevo. Esta vez con un antiguo amigo, el cardiólogo suizo Eugenio Quaini. Siguen juntos desde entonces.

Mina no ha dejado de grabar nuevos discos de estudio cada año, hasta superar el centenar. El último en 2019, “Mina-Fossati”, a los setenta y nueve años.

Coincidiendo con la reclusión por el coronavirus Mina ha celebrado en su casa de Lugano los ochenta y un años.

Con la colaboración de un equipo de diseñadores gráficos y fotógrafos, la Diva convirtió las cubiertas de sus discos en una gran broma, en una infinita secuencia de diseños impactantes, en los que su propia imagen pasaba a ser objeto de mutaciones imposibles. 

Desafiando las convenciones (barbuda o encajada en el cuerpo de un culturista, envuelta en cáscaras de naranja, convertida en pajaro, o en una ciborg calva), Mina había sido reemplazada para siempre por un icono líquido, imposible de capturar.

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Nunca ha vuelto a Italia. En el Festival de San Remo de 2018 MINA APARECIÓ EN FORMA DE HOLOGRAMA cantando el tema de “La La Land”.

Città vuota” (Ciudad solitaria) de 1963 marcó su regreso a Italia con 23 años, tras el “escándalo” de su embarazo. En enero de 1964 Mina reapareció en televisión, después de más de un año de boicot, en un programa especial por los diez años de la RAI para presentar esta canción.

El tema original “It’s a lonely town”  lo lanzó Gene McDaniels, un cantante negro estadounidense. Pero fue la versión de Mina la que más se escuchó a nivel mundial. En España llegó a ser número uno en septiembre de 1964 por encima de “ A hard day´s night ” de The Beatles.

Louis Armstrong dijo de ella: “Es la mejor cantante de raza blanca”;  Sarah Vaugham afirmó: “Si no tuviera mi voz me gustaría poseer la suya” y Liza Minnelli sentenció: “Es la más grande que existe”.

  • Brava (1965), una loca muestra de su increible registro vocal.
  • Nessuno (1959), en una escena de “Urlatori alla sbarra” (1960) con Celentano y un inesperado cameo del mítico Chet Baker y su trompeta. Baker durante su estancia en Italia en aquellos años, paso más de un año en prisión por sus adicciones. Excepcionalmente, por ser quien era, los italianos le permitieron tocar su instrumento dos horas a diario en prisión y el pueblo de Lucca entero iba a escucharle tras los muros al caer la tarde.
  • Il cielo in una stanza (1961) bellísima canción de Gino Paoli en la voz de Mina, utilizada en publicidad para Dolce e Gabbana en 2013.
  • Ma che bontà (1977) dedicada con todo el cariño a Pepe. Y, a sugerencia del propio Pepe dos auténticas “torch songs” de la diva: “Parole, parole” con Alberto Lupo (1972) y “Grande, grande, grande”, perteneciente a uno de sus mejores discos: MINA de 1971; el primero cuya portada no era la imagen de Mina sino un primer plano de un mono (“l’album della scimmia” ), un LP cargado de elegancia y con una producción exquisita.
  • Oggi sono io (2006), Mina desde Lugano y su portentosa voz con 66 años.

Pere R.

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Pere R soy médico de familia de año sabático cerca de la jubilación. Me interesan muchas cosas, el cine y la fotografia, el arte, la literatura, viajar...pero lo que más compartir todo ello con amigos y familia. En la PúaWeb me encargo de Imatge y estoy encantado, pero lo estaría también haciendo cualquier otra cosa con y para mis amigos.

9 comentarios en «“LA DOLCE VITA” Viaje a la música italiana de los 60 (I)»

  • el domingo, 30 de mayo de 2021 a las 3:43 pm
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    Gracias Pere por este interesantísimo y completo viaje por la música pop italiana de los 60! Comparto una experiencia parecida : el tocadiscos Dual y los singles, con mi madre (nada aficionada a la música) “moderando” el entusiasmo musical de mi padre. Recuerdo también el impacto que tenían los festivales de San Remo y mi enamoramiento platónico de Mina…y de Rita Pavone.
    ¡Felicidades por el artículo!
    Xavier

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    • el viernes, 4 de junio de 2021 a las 12:41 pm
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      ¡Xavier, compañero de músicas en esta web!
      Espero que los próximos capítulos de esta entrada, en los que aparecerá, como no, tu adorada Rita Pavone, los sigas disfrutando con el sabio y ecléctico (ja,ja,ja) gusto musical del que haces gala.
      Por cierto, enhorabuena por tu artículo sobre Kraftwerk que no pude comentar.
      Muchas, muchas gracias.

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  • el domingo, 30 de mayo de 2021 a las 5:59 pm
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    Caro amico: pues sí, interesante repaso que inicias de la música italiana que tanto te/ nos gusta. Seguro que me descubres alguna autora / autor que no conozco. Moveré la cadera a su ritmo desde Bilbo . Un beso .

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    • el viernes, 4 de junio de 2021 a las 12:56 pm
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      Carissima Belen. ¡Gracias por estar y por tu estímulo!
      Espero que sigas acompañandome, moviendo la cadera y el “cuore” en esta travesia musical.
      Un beso.

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  • el jueves, 3 de junio de 2021 a las 8:25 pm
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    Qué grandioso artículo.
    Sabes que de ante mano me tenías ganado, pero te has trabajado mi sincero aplauso una barbaridad y, desde luego, no por tu cariñosa y divertida dedicatoria.
    He ido al colegio Italiano y ha sido mi lengua de adopción desde los cuatro años. Su cultura (y música) corre por mis venas.
    Conocía las canciones, pero estaba seguro que me ibas a sorprender con las versiones…y así ha sido. Desde esa jovencísima y atractiva Mina, su holograma en el Festival de San Remo con una canción que me encanta, la icónica Cittá Vuota que tan bien documentas, la versión puro jazz del gran Carosone y ese Ovni que has colocado en la introducción en homenaje a tu padre, “The Fly” que yo ya postulo como coreografía obligatoria para nuestro reencuentro en Mallorca.
    No sé si me adelanto, pero mi gran canción respecto a Mina es “Grande, grande” (la letra me parece espectacular) y disfruto siempre que escucho “Parole,parole” con Alberto Lupo.
    Hablando de la introducción, me conmueve que hayas sabido personalizar tan bien el artículo y nos hayas trasladado a ese ambiente musical de tu casa.
    Más cosas. Adriano Celentano me parece un artistazo. Cuando escuche por primera vez este rock no podía dejar de escucharlo y bailarlo. Todavía hoy salta en mi cerebro esta melodía de vez en cuando. Increíble su versión de Stand by me (“Pregherò”) que lo convierte en una canción de misa (tendrías que investigar porqué). En su momento mítica su “chi non lavora non fa l’amore” con su ex mujer. Curiosamente no me gusta tanto su versión de “parole, parole” con Mina.
    Los links de Morricone ni te cuento.
    Modugno un rey, su “vecchio del frack” sigue emocionando.
    Y de pie me pongo con “Il Mondo”de Jimmy Fontana (para mí sería la gran canción) y buena parte de su música.
    No sabía que era amigo de Feliciano ni en compositor de “che sarà”. Ese disco de Feliciano lo rayé de tanto escucharlo.
    En fin, conozco bien ese CD que enseñas y lo he escuchado infinidad de veces en el coche. Estoy seguro que disfrutaremos un montón.
    Muchísimas gracias amigo

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  • el sábado, 5 de junio de 2021 a las 5:39 am
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    Carissimo Pepe, sabía que contaría con tu incondicional apoyo, pero aun así muchisimas gracias por tu cariñoso y entrañable comentario.
    Al situar el comienzo de toda esta historia en los años 60 y saltar después directamente al momento en que se materializó el disco en los 2000, no olvide en ningun momento, – solo lo omití por cuestión de espacio – esa otra importante escala en el tiempo que supuso la época del “Clinic”, cuando nos conocimos, cumpliendo los veinte, y empezamos a compartir, en tantos felices momentos, nuestra pasión por esta y otras músicas.
    El mutuo entusiasmo por la música italiana en concreto era algo muy, muy nuestro, quiza por lo “rarito” que resultaba ya en los 80. Ja,ja,ja.
    Asi que esa pequeña dedicatoria a tí, al final del texto, se queda corta, muy corta amigo. Y lo sabes.
    Deja pues que retoque lo escrito para dar cabida a alguna de tus magníficas sugerencias.
    Ahi estan ahora ese “Parole, parole, parole” y ese “Grande, grande” de Mina que mencionas en tu comentario.
    Recuerdo que una vez editado el CD, aunque la distancia interponía dificutades, enseguida te hablé de el y en cuanto pude te lo pase.
    Compartirlo entonces y volver a compartirlo ahora sigue siendo un enorme placer. Grande, molto grande, caro amico.
    MUCHISIMAS GRACIAS A TI
    (PD: ¡Genial idea la de twistear en Mallorca! Ahí va más madera. )

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  • el domingo, 6 de junio de 2021 a las 9:01 pm
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    Tu y yo ya no pararíamos si entramos en bucle musical. Se me ocurren mil ideas y tú me propones dos mil más.
    Como muy bien dice Xavier, espero el momento Rita Pavone y su fuerza y alegría contagiosa aún cantando “Cuore” que es un himno que se canta desde el susurro al grito pelado.
    Gracias por los nuevos regalos y ansioso anhelando la segunda entrega.
    Hasta muy pronto caríssimo.

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  • el miércoles, 16 de junio de 2021 a las 3:18 pm
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    Pere, has arribat al racó de la musica a lo “grande, grande” amb aquesta música que ens fa la vida mes dolça i ens evoca molts sentiments viscuts al llarg de la vida.
    El meu pare també era fan de Mina i Modugno, així que les seves cançons son per mi de les primeres emocions musicals i les revisc al tornar-les a escoltar.
    Moltes gracies per aquesta entranyable i brillant entrada. Esperant ja amb candeletes les següents.
    Una abraçada.

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