Artemisia Gentileschi
GANADOR DE LA 5ª ENTREGA DE CERCANT L’ART (febrero): Pere Sanchez
PARTICIPACIÓN: Seis concursantes (Pere Sanchez, Jose, Maite, M Ángeles, Pere R i Lluis), 6 respuestas acertadas.
AUTORA: Artemisia Gentileschi
TITULO: María Magdalena, la melancolía
LOCALIZACIÓN: Tesoro de la Catedral de Sevilla
Imagen de la entrada: Judit decapitando a Holofernes, 1620; Óleo sobre lienzo, 199 x 162 cm. Museo Capodimonte, Nápoles
COMENTARIO
“De los ojos de las mujeres saco mi doctrina, contienen y nutren el mundo”
W. Shakespeare
En la primera mitad del S. XVII no todos pensarían lo mismo y Artemisia Gentileschi tuvo que abrirse camino en un mundo de mujeres relegadas en todos los ámbitos, por supuesto también en el arte. Hoy en día en que se intenta reivindicar y desempolvar las figuras femeninas borradas de las páginas de la Historia, ella se nos presenta como un icono feminista.
No sé si en su mente germinaría una idea de avance de género global o se ceñiría exclusivamente a lo personal, a la lucha de una persona valiente, inteligente y con gran talento artístico que conocedora de su valía deseaba el merecido reconocimiento artístico y económico, sin poder entender los motivos de su discriminación. Así decía en una carta de madurez a un adinerado coleccionista suyo de Nápoles, Antonio Ruffo: ”No perderá vuestra Señoría conmigo y encontrará un alma de césar en el cuerpo de una mujer”.
Y lo logró; logró triunfar en Italia y en las cortes europeas, viajó, vivió en distintas ciudades los ambientes intelectuales y artísticos más sofisticados y entabló amistad con grandes figuras de su tiempo como Caravaggio y Galileo Galilei. Por fortuna se conserva parte de su correspondencia, la cual deja constancia de su personalidad fuerte e independiente, sagacidad y aspiraciones.
Artemisia nació el 8 de julio de 1593 en la vía Margutta de Roma, en esa época una calle de artistas y artesanos. En el taller de su padre, Oracio Gentileschi, aprendió a pintar -las niñas no podían acceder a las escuelas de arte- y conoció a uno de los más grandes de todos los tiempos, Caravaggio. No abandonaría jamás el claroscuro y su estilo, dentro del barroco, está clasificado como caravaggiano. Reprodujo los modos elegantes de esta escuela, pero supo utilizar entonaciones cromáticas y lumínicas que los caravaggistas no habían sabido trabajar hasta entonces.
Pronto destacó por su talento, como se puede observar en un cuadro de 1610, Susana y los viejos, donde ya son patentes dos constantes de su pintura, la representación de heroínas y el desnudo femenino. El lienzo fue una premonición porque por esas fechas fue violada por Agostino Tassi, su maestro de perspectiva. Dado que no podía celebrarse un matrimonio exculpatorio porque Tassi estaba casado, su padre denunció la agresión. Artemisia fue sometida a tortura para demostrar la veracidad de los hechos; le ataron los pulgares con cuerdas mientras unas pesadas piedras iban aplastando sus manos al ritmo de preguntas inquisitivas. Se mantuvo firme y la creyeron. Tassi fue condenado a un destierro que nunca cumplió. Sin duda estos hechos forjaron su carácter y cargaron de dramatismo su pintura.

La violación era un delito contra el honor de la familia y para borrar la deshonra su padre concertó un matrimonio de conveniencia con un pintor florentino de segunda fila, Piertanonio Stiallesi. En 1613 la pareja se trasladó a Florencia y Artemisia fue introducida en los ambientes artísticos de la ciudad y en la corte de Cosme II de Medici por un sobrino de Miguel Angel Buonarroti. En 1623 fue admitida en la Accademia dei Disegno, siendo la primera mujer en conseguirlo. Durante su estancia en la capital toscana pintó tres de los cuadros más indicativos de su personalidad y viviencias: Alegoria de la inclinación, en el que hace referencia a la vocación y talento natural para el arte mediante una mujer que sostiene una brújula y una estrella sobre su cabeza, Aurora, representada no solo como figura mitológica sino también como fuerza natural, y su obra más conocida, Judit decapitando a Holofernes (figura de la entrada), una escena cruda y dramática.


En 162O regresó a Roma y se separó de su esposo, con el que había engendrado cuatro hijos. Por su correspondencia se sabe que mantuvo una larga relación con un noble florentino.
En Roma permaneció una década, salvo estancias en Génova y Venecia. En 1630 se mudó a Nápoles, que también contaba con un brillante ambiente artístico, y se dejó seducir por nuevas tendencias creativas, pintando escenas más amables de motivos religiosos como La adoración de los Magos y Nacimiento de S. Juan Bautista, el cual se conserva en el Museo del Prado.

Con amenazas de guerra en Nápoles, en 1638 marcha al lado de su padre que estaba instalado en Londres como pintor de la corte de Carlos II. De esa época es famoso su autorretrato como Alegoría de la pintura.
Al año siguiente, tras el fallecimiento de su padre y el estallido de una guerra civil en Inglaterra, regresó a Nápoles, permaneciendo en esa ciudad hasta su muerte, acaecida en 1653. A lo largo de la década de 1630, había sido una de las protagonistas de la metamorfosis de la pintura napolitana hacia el aprecio de los valores cromáticos y atmósferas evanescentes .
Artemisia cayó en el olvido hasta que el historiador del Arte Roberto Longhi publicó su ensayo “Gentileschi, padre e hija” en 1916. La describió con un desafortunado comentario, “La única mujer italiana que alguna vez supo algo sobre pintura, colorido, empaste y otros fundamentos”, pero al menos sirvió para que haya ido recuperando el lugar que le corresponde.

María Magdalena como la Melancolía

Esta obra data de 1622-1625. Artemisa utilizó su técnica habitual, pintando la escenas sobre un fondo oscuro y valiéndose del contraste lumínico y de la posturas para la creación de volúmenes y perspectiva. Podría ser cualquier joven rendida al sueño; el único atributo distintivo de María Magdalena es el ünguentario tenuemente iluminado a su derecha. La figura aparece elegantemente vestida, sentada, reposando la cabeza sobre la mano derecha y el brazo izquierdo sobre el muslo, en una actitud de abandono. Los tonos utilizados son el blanco y el ocre, salvo el rojo de la cortina y el plata del ünguentario. Toda la luz se centra en ella, destacando la sombra de su cabeza en el cuello y en su mano derecha por la flexión de los dedos. La caída de la falda sobre sus piernas abiertas da lugar a un volumen triangular que magnifica la perspectiva. Los pliegues de la cortina y del ropaje, el chal, la manga deslizada y su cabello aportan elegancia y sensación de realismo. El conjunto, un cuadro hermosísimo.
Artemisia pintó varias versiones del cuadro. Una de ellas se puede admirar en el Museo Soumaya de Ciudad de México y otra en el Tesoro de la Catedral de Sevilla. La de Sevilla está colocada encima de un puerta, sin cartela informativa. Aunque a la pintora italiana se le han dedicado varias exposiciones –la última en la National Galery de Londrés clausurada el pasado 24 de enero- en Sevilla todavía no ocupa el espacio merecido por la excelencia de su arte. Paciencia Artemisia.
PD: Si estáis interesados en conocer más, en Filmin está disponible un documental sobre su vida y obra, “Artemisa Gentileschi, pintora guerrera”. Aquí podéis ver escenas de la película Artemisia.
Cinta
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Gràcies Cinta, una nova aportació plena d’oportunitat i erudició. La veritat és que amb la teva descripció de la pintura proposada em quedo més tranquil i conformat respecte al meu desconeixement del quadre proposat. Tot i que no em quadrava aquest tipus de figura femenina en Murillos o Zurbaranes, no vaig ser capaç de reconèixer cap pista identificativa. Per mí era difícil reconèixer una Maria Magdalena.
Coincideixo amb tu amb la perfecció dels plecs de cortines i faldilla, meravellosos. És curiós però, ja des dels grecs, els plecs i vols dels vestits sempre han estat un indicador del domini tècnic del pintor o escultor.
Ah! un altre cosa, donaries verossimilitud a la possibilitat que la protagonista dels quadres que ens has aportat fos la mateixa Artemisia?
Gracies Manel per els teus comentaris. El únic quadre titulat com autoretrat dels presentats al article es Alegoría de la pintura, però es sospita que Artemisia es el model de moltes de les seves obres, per exemple María Magdalena.
Más allá del juego para descubrir tus preguntas acerca del cuadro que nos propones ( autor, dónde está expuesto…), me ha gustado leer tu ilustradísima entrada acerca de esta pintora que, lamentablemente, desconocía. Es muy interesante descubrir mujeres pintoras, quizá te deberías monografiar en el tema y no hablar de otra cosa. Me llama la atención que no aparezcan a lo largo de la historia…, realmente no había pintoras ? Por curiosidad he buscado….”pintoras en el museo del Prado” y me sale algo así como 4 cuadros de 3 pintoras ( una de ellas, Artemisia, por cierto ). Síguenos descubriendo más pintoras !
Un abrazo
Gracias por tu comentario, Gabi.
Pintoras anteriores al S XX las hay, pero pocas, y pueden considerarse adelantadas a su tiempo. Lógico, porque ya sabemos que a lo largo de la historia se ha intentado relegar a las mujeres a las actividades domésticas y las que han saltado esa barrera han sido relegadas en las crónicas. Me parece genial tu idea de darles un espacio en nuestra web particular. Les abriremos una ventana.
Un abrazo.
Cinta, com sempre, agraïm gaudir de la pintura, tant en la seva tècnica com en lo que representen i transmeten.
Artemísia és un exemple més del poc reconeixement dels “ Mestres “ en la seva
època i que amb el pas del temps són redescoberts i posats al lloc que es mereixen.
Voldria significar i em pregunto si el cuadre de “Judit decapitando a Holofernes”, no fos la vengança escenificada contra el seu violador?
Bé, sigui quina sigui la resposta, unes meravelloses escenes inmortalitzades en una tela.
Gràcies.
Gracies pel comentari, Pere. Tal com dius, els experts entreveuen al imaginari d’Artemisia Gentileschi el trauma de l’agressió sexual viscuda i, pel seu dramatisme, molt particularment al quadre de Judit decapitant a Holofernes. Encara que aquest motiu bíblic havia sigut pintat per artistes predecessors com per exemple Caravaggio, el seu mestre, ningú ho va fer amb un gest tant violent i carregat de ràbia. No m’estranya.
Una abraçada.